miércoles, 30 de enero de 2008
SEREMI INSPECCIONA SERVICIOS DE LA PROVINCIA DE CHOAPA
LA ENMIENDA
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Enmendar significa “arreglar, quitar defectos”. Es una palabra que no podría calzar mejor con lo que la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) hace en función de muchos aspectos de la antigua justicia de menores. Juzgue usted si esto es correcto o una exageración. Verifique cómo actuaba antes el sistema y cómo lo hace hoy, de cara a uno de los puntos clave de toda normativa judicial: el derecho a defensa.
Previo al 8 de junio pasado, cuando entró en vigencia la LRPA, el derecho a defensa de los jóvenes infractores aparecía bastante disminuido, restringiéndose usualmente a un alegato en la corte de apelaciones para impugnar la resolución del tribunal que declaró que el adolescente actuó con discernimiento. Este defecto se hacía más notorio frente a las mejoras introducidas por la Reforma Procesal Penal, que desde 2001 otorga defensa profesional a los imputados adultos. La virtual falta de defensa para los adolescentes -que atentaba contra la calidad de las sentencias y medidas que sobre ellos se dictaban- quedaba más aún en evidencia al constatarse que de esta forma Chile no cumplía con acuerdos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, atentándose incluso contra nuestra propia Constitución.
Un paréntesis respecto de la víctima. Tampoco el procedimiento seguido por los antiguos tribunales de menores le permitía hacerse parte a través de la presentación de la querella y, por lo mismo, le era muy difícil o imposible solicitar diligencias ni reclamar resguardo de sus derechos.
Volviendo a los imputados, en un avance histórico para nuestra justicia, gracias a la LRPA todas las personas de 14, 15, 16 y 17 años de edad tienen defensa judicial garantizada por la Defensoría Penal Pública, la que dispone de profesionales desde el momento mismo de su detención, para que se hagan cargo de todos los casos en que los jóvenes no cuenten con recursos para acceder a una defensa particular. Además, hoy todos los actores que intervengan en causas adolescentes deben estar capacitados en materias de delitos juveniles, en la citada Convención Internacional de los Derechos del Niño, en las características propias de esta etapa de desarrollo y en las nuevas sanciones establecidas por la Ley. Esto significa que existen defensores especializados para los jóvenes imputados, desde los que cometen daños o un hurto falta, hasta quienes roban con violencia o terminan con la vida de otra persona.
La LRPA no favorece a los infractores adolescentes por sobre la víctima, sino que beneficia a toda la sociedad. Lo que hace es mejorar la calidad global de la justicia, imponiendo criterios y mecanismos propios de un país democrático y moderno, garantizando el elemental derecho a defensa para todos y cada uno de sus habitantes.
Marcela Muñoz Castillo
Secretaria Regional Ministerial de Justicia – Región de Coquimbo
PROMUEVEN BUEN TRATO INFANTIL EN MASIVA PLAZA CIUDADANA DE ILLAPEL
INTENSA DIFUSIÓN DEL MINISTERIO DE JUSTICIA EN LA REGIÓN DE COQUIMBO
ANALIZAN ESTADO DE CENTROS DE NUEVA LEY PENAL ADOLESCENTE DE LA REGIÓN DE COQUIMBO
RÁPIDO AVANZA CONSTRUCCIÓN DE NUEVO SERVICIO MÉDICO LEGAL DE OVALLE
- Moderno recinto de 298 millones de inversión mejorará trabajo de apoyo a la justicia y mayor comodidad a funcionarios y público del Limarí.
Notorias mejoras en el trabajo clínico y forense, y en la atención al público de la Provincia de Limarí, será el impacto que provocará el futuro recinto del Servicio Médico Legal (SML) de Ovalle, cuyas obras de construcción, por 298 millones de pesos, provenientes del FNDR, se realizan a toda marcha en el sector Tuquí de esta comuna.
Los trabajos fueron inspeccionados por la Seremi de Justicia, Marcela Muñoz, y la Directora Regional de este Servicio, Kattia Cabrera, quienes explicaron que la nueva edificación incluirá siete dependencias, entre boxes, salas y hall, completamente equipadas, lo que permitirá mejorar el trabajo que realiza el SML como organismo auxiliar del sistema judicial, aportando antecedentes claves para el esclarecimiento de casos penales, además de brindar amplias comodidades a los funcionarios/as y el público.
Al respecto, Muñoz sostuvo que “para el Ministerio de Justicia es un hito contar con un nuevo SML, moderno y amplio, con buena ubicación y con tecnología de punta para trabajos clínicos y tanatológicos, acorde a los altos estándares de precisión y rapidez de la Reforma Procesal Penal, y a las necesidades propias de una zona tan importante como Ovalle y toda la Provincia de Limarí”.
El futuro Servicio Médico Legal de Ovalle, de 278 m2 de superficie, contará con salas de espera clínica y tanatológica; boxes ginecológico, de lesiones y siquiátrico; y sala de autopsia, además de un nuevo vehículo especialmente adaptado para labores forenses.
martes, 8 de enero de 2008
TIEMPO DEFINIDO
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Las sanciones impuestas por los tribunales, luego de un proceso judicial, tienen hoy un período de ejecución definido. En ningún caso éste podrá ser aumentado como consecuencia de las conductas o características de los jóvenes durante el tiempo de vigencia de la sanción, cuyo límite máximo en penas de internación cerrada y semi-cerrada es de 5 años para jóvenes de 14 y 15 años de edad, y de 10 años para los de 16 y 17 años de edad. O de 3 años máximos para la libertad asistida y asistida especial. O de las 120 horas máximas de trabajo comunitario, por ejemplo.
Antes de la nueva normativa, en vigencia desde el 8 de junio pasado, la intervención duraba indefinidamente y su término dependía principalmente de los avances o retrocesos que experimentaban los menores de edad en su proceso de ‘tratamiento’, lo que se medía a través de indicadores como conductas de autocontrol, reinserción familiar y escolar o comportamiento social adecuado.
Con la LRPA, el período de intervención se ajusta al lapso que abarca la sanción decretada por el tribunal. Si al concluir ésta se estima que el joven no ha cumplido todos los objetivos propuestos, que tiene otras necesidades no cubiertas, deberá ser atendido por la red social del sistema público y/o por su familia, pero en ningún caso estos déficit podrán constituir pretextos para extender la sanción.
No se espera que todos los jóvenes desarrollen el mismo proceso de intervención con sus respectivas etapas de implementación, ni que presenten los mismos logros. Por el contrario, hoy los contenidos y metodologías de los programas socio-educativos del Servicio Nacional de Menores (Sename) se adaptan y flexibilizan a las características personales de los jóvenes. En ningún caso se estimula el proceso inverso, es decir, que los adolescentes deban acomodarse a planes estandarizados que no resultan pertinentes a su particular realidad.
Marcela Muñoz Castillo
Secretaria Regional Ministerial de Justicia – Región de Coquimbo
A PASO FIRMA AVANZA RED DE ACCESO A LA JUSTICIA
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A toda marcha se encuentra la creación de la Red de Acceso a la Justicia de la Región de Coquimbo.
La labor de la Secretaría Ministerial de Justicia ha significado una serie de reuniones de trabajo y coordinación con variados actores públicos y privados vinculados a los sectores justicia y social, reconociéndose las expectativas, requerimientos y ofertas de las distintas instituciones participantes, las que a la brevedad estarán en condiciones para firmar acuerdos de trabajo y ofrecer a la comunidad regional un mejor acceso a la justicia.
PROVINCIA DE LIMARÍ TAMBIÉN TUVO PRESENTACIÓN DE NOVENA CAMPAÑA POR UN BUEN TRATO INFANTIL
NO FRAGMENTA, NO HOMOGEINIZA
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Vamos a teorizar. Generalmente, en este espacio sobre la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) explicamos sus aspectos prácticos y concretos, lo que a veces -como efecto no deseado- hace que se pierda un poco su perspectiva general y que la evaluación que hagamos sobre ella se empobrezca, al incorporar supuestos erróneos. Por eso, hoy hablaremos sobre uno de los motivos que están detrás de la necesidad de que la familia acompañe a los jóvenes declarados culpables por faltas, delitos o crímenes, tema frecuente en la difusión que hacemos desde la Secretaría Ministerial de Justicia.
El concepto de infracción se refiere a conductas que corresponden al ‘hacer’, a los actos cometidos, y no al ‘ser’ de la persona. En el caso de los jóvenes esto es aún más nítido, ya que por estar en pleno proceso de formación, en la gran mayoría de los casos sus acciones delictivas difícilmente podrían corresponder a rasgos de una identidad ya estructurada. Por el contrario, en ellos se entiende la conducta infractora como un comportamiento ilícito y no como la patología de ciertos sujetos que necesitan alguna clase de tratamiento siquiátrico, por ejemplo.
Debido a lo anterior, entre otros motivos, la intervención socio-educativa del Estado, aplicada en penas privativas y no privativas de libertad, apunta a promover el aprendizaje y reinserción social respetuosa del derecho de las otras personas, y no a ‘reconstruir’ o ‘resocializar’ a los jóvenes infractores, desde la perspectiva de un determinado marco doctrinario, cultural o religioso, instruido por los profesionales a su cargo. Se trata, entonces, de entregarles herramientas, favorecer sus oportunidades y desarrollar capacidades a partir de sus propias potencialidades y características.
Por eso es importante que la familia del joven infractor, el entorno inmediato de esta persona de 14, 15, 16 o 17 años de edad, intente estar lo más presente posible mientras se cumple la condena. Dicha presencia contribuye fuertemente a que, en un marco de plena vigencia de derechos humanos, dentro del cual se inserta la intervención del adolescente, se respeten las diferencias de los sistemas de valores, visiones del mundo, formas de asociación y de lenguaje, entre otras, que evidencian cada uno de los jóvenes que cumplen sanciones en el medio libre o en los centros cerrado y semi-cerrado de La Serena.
La deseable y activa participación comprometida del grupo familiar del infractor, como soporte emocional y como ente que puede supervigilar el desenvolvimiento de la sanción socio-educativa a la que está sometido, contribuye así a cumplir con el desafío de evitar la fragmentación, la discriminación y, como hemos visto hoy, la homogeneización y el no respetar la diversidad de nuestra sociedad.
PROMUEVEN USO DE MEDIACIÓN EN OVALLE
TRABAJAR Y APRENDER A RESPETAR
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Esto es bastante lógico. Los estudios y la experiencia indican que es inclusive contraproducente encarcelar a adolescentes por ilícitos menores. No es bueno que personas de 14 o 15 años que delinquen por primera vez y por hechos menores sean desarraigados de su familia y entorno. Eso incluso nos los dice la comunidad, en las cientos de jornadas de difusión de esta Ley que hemos efectuado desde nuestra Secretaría Regional de Justicia.
Los ilícitos no graves, que no ameritan cárcel, encuentran un nuevo tipo de sanción en los trabajos comunitarios, es decir, la realización de actividades no remuneradas a favor de la colectividad o en beneficio de personas en situación precaria, como prestación de servicios en salas cunas, Bomberos u organismos públicos, como ya ocurre en algunas comunas de nuestra Región. Los trabajos tendrán una extensión mínima de 30 horas y máxima de 120 horas. No podrán exceder de 4 horas diarias y deberán ser compatibles con la educación o trabajos del adolescente. Su imposición -en un proceso oral y transparente- requerirá del acuerdo del joven condenado, pudiendo ser sustituida por una sanción superior.
El sentido de los trabajos comunitarios es hacer responsable al adolescente por ilícitos que generalmente no se sancionaban, cuando eran cometidos por jóvenes de 14 o 15 años, o bien por adolescentes de 16 o 17 años declarados sin discernimiento. Además, abre la puerta para que el infractor -primerizo, sin conducta delictual habitual- aprenda a convivir correctamente, respetando la sociedad, pero sin encierro, sin alejarlo de su red de apoyo.
Por último, si hay reincidencia mientras se cumple el trabajo comunitario, será quebrantamiento de sanción, lo que conllevará muy probablemente la sustitución por una pena más grave, además de la sanción por el nuevo delito.
Marcela Muñoz Castillo
Secretaria Regional Ministerial de Justicia – Región de Coquimbo
EN JUZGADO DE FAMILIA DE COQUIMBO PRESENTAN NOVENA CAMPAÑA POR UN BUEN TRATO INFANTIL
La Seremi Muñoz dio a conocer el sentido de la Campaña, sus objetivos y las materias que aborda en esta novena edición, mientras que la magistrado Villegas se refirió a la visión del Poder Judicial sobre los derechos de niños/as y adolescentes y la forma de respetarlos.
MASIVA PLAZA CIUDADANA DE JUSTICIA EN LAMBERT, LA SERENA
LA HORA DE JUZGAR (SEGUNDA PARTE)
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La Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) no tiene como objetivo central lograr por sí misma la disminución de la delincuencia juvenil. De hecho, ningún sistema judicial puede lograr eso. La tarea de esta nueva judicatura es ‘más modesta’: Brindarles oportunidades a infractores de 14, 15, 16 y 17 años de edad para que se reinserten socialmente, utilizando para ello acabados programas socioeducativos del Servicio Nacional de Menores, para que no adopten al delito como una conducta de vida.
Esta reinserción, sin embargo, es el último paso. La LRPA, en un avance inédito en la justicia del país, primero responsabiliza a los jóvenes cuando cometen ilícitos, sancionándolos con penas privativas y no privativas de libertad, cumplidas en los centros cerrado y semi-cerrado de la Región, o bien en el medio libre.
¿Cómo se adoptan esas sanciones? ¿Qué criterios emplean los jueces de garantía y jueces orales? Ya explicamos los tres primeros, es decir, la gravedad del ilícito (falta, delito o crimen); la calidad en que el adolescente participó en el hecho (autor, cómplice o encubridor); el grado de ejecución de la infracción (consumada, frustrada o tentativa); y la edad del infractor (pena máxima de 5 años para personas de 14 y 15 años de edad, y de 10 años para quienes tengan 16 y 17 años de edad).
Hoy daremos a conocer brevemente los otros tres criterios que la justicia usa para determinar la pena.
· Concurrencia de circunstancias atenuantes o agravantes de la responsabilidad criminal: Generalmente una atenuante es -cuando existe- la irreprochable conducta anterior del adolescente imputado. Las agravantes pueden ser haber cometido el ilícito teniendo superioridad numérica sobre la víctima, delinquir aprovechándose de la oscuridad u ocultando el rostro con pasamontañas, gorros o un disfraz, etc.
· Extensión del mal causado con la ejecución del delito:
· Idoneidad de la sanción para fortalecer el respeto del adolescente por los derechos y libertades de las personas y sus necesidades de desarrollo e integración:
Marcela Muñoz Castillo
Secretaria Regional Ministerial de Justicia, Región de Coquimbo
COQUIMBO: DIFUSIÓN DE LEY DE RPA NO SE DETIENE
APRENDER A ERRADICAR EL FEMICIDIO
Durante la actividad, a la que asistieron un centenar de estudiantes de asistencia jurídica y trabajo social, la Seremi Muñoz explicó los principales alcances de la iniciativa, desde la perspectiva jurídica.